EL AYLLU Segunda parte proceso mohoza
Saavedra, Bautista
EL AYLLU Segunda parte proceso mohoza - Primera Edición - La Paz; URQUIZO; 1998 - 156 páginas; Tapa flexible. 18.5 x 12 centímetros; Impreso Pequeño
El Ayllu comienza con este párrafo de una gran verdad: "Las costumbres e instituciones de los pueblos indígenas del continente americano no han sido aún debida- mente exhumadas, menos sometidas a un estudio comparativo que las hiciera aptas para contribuir a ciertas conclusiones sociológicas". Gran verdad, digo, y eso que el propósito data de los días mismos de la conquista. Recuérdese que Páez de Castro, aquel interesante cronista de Carlos V, tuvo ya el pensamiento de escribir un Trata- do sobre la conformidad que él creía ver - entre "las costumbres y religiones" de los "indios occidentales con las antiguas que los historiadores escriben de estas partes que nosotros habitamos"; pero el siglo XVI, que vió y adivinó muchas cosas, carecía, no obstante de precursores de tanto empuje como Abenjadun, de todo el aparato crítico e informativo (según hoy se dice) necesario para labor tan compleja como la que Páez pretendía realizar. Era necesario que transcurriesen cerca de cuatro siglos para que, ensanchada considerable- mente la espera del material de trabajo y cambiados y depurados los métodos, fuese posible acometer científicamente la investigación comparativa. Aun así, respecto de América es pronto. Falta mucho por averiguar en punto a su pasado y en punto a las supervivencias de su presente. El em- puje que recientemente han adquirido los estudios y exploraciones arqueológicas y etnográficas entre los americanistas de todos los países, y en la juventud universitaria de no pocas naciones de Hispanoamérica, alientan la esperanza de que la hora de la cosecha no tardará mucho.
Dirigido a jóvenes,profesionales.
4-1-643-95
Ciencias de la Educación
AYLLU
301.84
EL AYLLU Segunda parte proceso mohoza - Primera Edición - La Paz; URQUIZO; 1998 - 156 páginas; Tapa flexible. 18.5 x 12 centímetros; Impreso Pequeño
El Ayllu comienza con este párrafo de una gran verdad: "Las costumbres e instituciones de los pueblos indígenas del continente americano no han sido aún debida- mente exhumadas, menos sometidas a un estudio comparativo que las hiciera aptas para contribuir a ciertas conclusiones sociológicas". Gran verdad, digo, y eso que el propósito data de los días mismos de la conquista. Recuérdese que Páez de Castro, aquel interesante cronista de Carlos V, tuvo ya el pensamiento de escribir un Trata- do sobre la conformidad que él creía ver - entre "las costumbres y religiones" de los "indios occidentales con las antiguas que los historiadores escriben de estas partes que nosotros habitamos"; pero el siglo XVI, que vió y adivinó muchas cosas, carecía, no obstante de precursores de tanto empuje como Abenjadun, de todo el aparato crítico e informativo (según hoy se dice) necesario para labor tan compleja como la que Páez pretendía realizar. Era necesario que transcurriesen cerca de cuatro siglos para que, ensanchada considerable- mente la espera del material de trabajo y cambiados y depurados los métodos, fuese posible acometer científicamente la investigación comparativa. Aun así, respecto de América es pronto. Falta mucho por averiguar en punto a su pasado y en punto a las supervivencias de su presente. El em- puje que recientemente han adquirido los estudios y exploraciones arqueológicas y etnográficas entre los americanistas de todos los países, y en la juventud universitaria de no pocas naciones de Hispanoamérica, alientan la esperanza de que la hora de la cosecha no tardará mucho.
Dirigido a jóvenes,profesionales.
4-1-643-95
Ciencias de la Educación
AYLLU
301.84