La defensa de los derechos humanos un compromiso con la vida

1. El Defensor del Pueblo en breve 2. Historia 3. Espacio para los reclamos de la sociedad 4. Una sociedad más consciente de sus derechos 5. Incidencia en la definición de políticas públicas y en la normativa nacional 6. Intervención en conflictos sociales 7. Gestión y presencia institucional.

Han pasado cinco años desde que el Congreso Nacional nos honrara con la enorme responsabilidad de hacernos cargo del Defensor del Pueblo de Bolivia, la institución nacional de derechos humanos que desde 1998 se ha convertido en el referente de la defensa, protección y promoción de éstos Hoy, al concluir ese mandato del Congreso, nos complace presentar el presente informe-balance de los cinco años transcurridos, como una mirada retrospectiva que nos permite ver lo mucho que se ha avanzado, los logros que gracias a un enorme equipo humano, de gente decididamente comprometida con los derechos humanos, hemos tenido como institución, pero también, y sobre todo, los enormes retos que el Defensor del Pueblo tiene por delante. En las páginas que siguen se describe el trabajo realizado la institución entre 2004 y 2008 en todas sus oficinas: la Nacional, cuya sede está en la ciudad de La Paz, las nueve Representaciones Departamentales, con sede en las capitales de departamento, las dos Representaciones Especiales, en El Alto y el Chapare, y las cinco Mesas Defensoriales, en Yungas, Llallagua, Yacuiba, Puerto Suárez y Riberalta, todas ellas bien posicionadas como inexcusable referencia cuando se trata de defender los derechos de las personas y la cultura de paz, y de promover el diálogo en situación de conflicto. En este informe no consignamos todos los detalles técnicos, estadísticos y cuantitativos que son habituales en los reportes anuales que la Institución entrega al Congreso Nacional lo que no significa que estén totalmente ausentes, pues esta vez nos interesa resaltar los aspectos cualitativos del trabajo defensorial, la experiencia humana detrás de las acciones en los distintos ámbitos en los que el Defensor del Pueblo tiene competencia para actuar. El presente documento se divide en seis capítulos: el primero describe las competencias instituciona- les según lo expresan la Constitución Política del Estado y la Ley 1818, la estructura institucional y el modo en que se organiza el trabajo y, sobre todo, los valores compartidos que dan norte al Defensor del Pueblo. En el segundo capítulo se expone el trabajo del Sistema de Atención de Quejas y los logros obtenidos en este quinquenio en materia de protección y restitución de derechos a través de la recepción, tramitación y seguimiento de las demandas que las personas traen al Defensor del Pueblo. El tercer capítulo se aboca a exponer el trabajo de promoción de los derechos humanos realizado por el Defensor del Pueblo en los últimos cinco años, mostrando la enorme riqueza de los materiales producidos por la institución para diversos soportes de comunicación, y la riqueza de la interacción con las audiencias del mensaje institucional, transmitido a través de medios masivos, eventos públicos. encuentros interactivos y espacios de educación y capacitación. El cuarto capitulo aborda el trabajo desarrollado en materia de normativa y políticas públicas, fruto tanto del mandato legal que permite al Defensor del Pueblo intervenir en la evaluación de proyectos de Ley que estuvieran siendo tramitados ante el Congreso, a petición de éste, o proponiendo estas y otras normas a partir del trabajo desarrollado con las poblaciones priorizadas por la institución por su mayor vulnerabilidad en materia de derechos. El siguiente capitulo trata sobre el trabajo desarrollado por el Defensor del Pueblo en materia de atención y prevención de conflictos. Considerando la elevada conflictividad política en el país, es comprensible que las actuaciones hayan sido muchas y no todas sencillas. Por problemas de espacio en este informe detallamos sólo algunos de los casos más emblemáticos. El capítulo concluye con una reflexión sobre el método de actuaciones urgentes, que es una combinación de la atención de quejas y la atención de conflictos. Por último, el capítulo seis trata sobre la presencia y gestión institucional. En éste se exponen los resultados de las constantes encuestas de medición de imagen pública de la institución, se reflexiona sobre la presencia mediática de la institución y finalmente, se muestra el desempeño financiero del Defensor del Pueblo, que se precia de tener un sistema de planificación, monitoreo y evaluación que está siendo imitado por instituciones similares en otros países del continente y que, sobre todo, permite garantizar el mayor control y transparencia en la gestión de los recursos que el Estado y la cooperación internacional proporcionan a la institución. Sabemos que no todo lo que se hizo en estos cinco años ha podido ser incluido en el informe; por ello, quienes deseen obtener mayor detalle pueden revisar los informes anuales al Congreso Nacional Sólo nos resta, entonces, hacer fervientes votos para que esta andadura institucional no pierda el brío que ha caracterizado a todas las actuaciones del Defensor del Pueblo y más bien, se incremente, se profundice y se mejore lo hecho, así como se inicie lo aún no realizado, todo con el objetivo de crear en Bolivia una verdadera cultura de los derechos humanos, base ineludible de la democracia. Finalmente considero oportuno agradecer al Honorable Congreso Nacional por la misión encomendada a través de mi nombramiento, a las diferentes organizaciones sociales y de derechos humanos que promocionaron mi postulación, a las autoridades públicas por la colaboración prestada durante estos cinco años, a mis compañeras y compañeros de trabajo por su aporte militante para la noble causa de la defensa de los derechos humanos, valor superlativo de la democracia.

Dirigido a lectores interesados: jóvenes, profesionales, investigadores, estudiantes, docentes.