PRÁCTICA Y TEORÍA DE LA ASAMBLEA CONTITUYENTE

I. Las constituyentes en Bolivia en el siglo XIX II. Las cuatro constituyentes del siglo XX III. La constituyente de 1938 IV. Dos constituyentes antagonicas: de 1868 de Melgarejo y de 1871 de A. Morales V. Elecciones para una constituyente VI. La convocatoria a una constituyente VII. Tácticas para una asamblea constituyente VIII. El carácter extraconstitucional de la asamblea constituyente.

La nefasta política económica feudal-colonial aplicada compulsivamente al país por el primer gobierno del "MNR" de Gonzalo Sánchez de Losada en particular la llamada "capitalización" de las empresas de patrimonio de la Nación y la Ley Agraria INRA- hizo dar un viraje de 180 grados a la orientación histórica de Bolivia. En efecto, producto de ese "cambio", por un lado, nuestro país, que ya marchaba por la senda de la Nación, fue desviado y convertido en una verdadera colonia y los bolivianos en colonos y, por otro, la esencia del país fue alterada y de una orientación democrática (capitalista) se la dirigió a otra retrógrada y obsoleta de carácter feudal. El "Sistema gonista" condujo a Bolivia a una verdadera catástrofe que el pueblo boliviano resistió abnegadamente y finalmente se encargó de rectificar en la gran Insurrección de Octubre de este año, (prolongación lógica de la rebelión de febrero) que expulsó del gobierno al autócrata Gonzalo Sánchez de Losada y su camarilla y dio paso a la ocupación de la dirección de los destinos del país a Carlos Mesa. El objetivo de la Insurrección de Octubre fue crear un gobierno provisional revolucionario que recupere para Bolivia su condición nacional y democrática, para que ésta convoque, enseguida, a una Asamblea Constituyente que legalice la nueva realidad mediante una nueva Constitución Política. Sin embargo, la Insurrección de Octubre no llegó hasta el fin y la posibilidad de reunir una verdadera Asamblea Constituyente ha quedado diferida para otra oportunidad, ya que el nuevo gobierno surgido del movimiento social al parecer no va a convocar a dicha Asamblea y si lo hace esa convocatoria será sólo una parodia, ya que ni siquiera puede adoptar una posición neutral. Entretanto, la cuestión de la Constituyente queda pendiente de realización y la necesidad de convocarla con extrema urgencia se mantiene, por lo que debe seguir siendo planteada con mayor decisión y precisión. El tema de la Constituyente no debe ser enfocado fuera de toda su magnitud real y en base de apreciaciones utópicas e infantiles. En efecto, hay quienes creen que la Constituyente aparecerá como por milagro divino y que su funcionamiento resolverá de por sí, como producto del conjuro de hadas y madrinas, todos los problemas del país y que de la noche a la mañana los bolivianos llegarán al Paraíso. Esa cándida idea se acuña en varios grupos partidarios. De otra parte, los ingenuos que proponen la Constituyente en esa forma, creen que esta será la primera vez que se procede en ese sentido en toda la vida de Bolivia y que ellos son los autores de la genial "idea", de la fórmula mágica. Como no conocen historia, ignoran que a lo largo de la historia de Bolivia se realizaron nada menos que quince Constituyentes y que por ello nuestro país tiene al respecto notable jurisprudencia y experiencia en la materia. La tradición boliviana en cuanto a asambleas constituyentes es riquisima y no puede ser echada por la borda alegremente por los politiqueros que han desplazado a los políticos y por la politiquería que ha sustituido a la Política, resultado que fue conseguido a codazos y talegazos, comprando asientos parlamentarios, ministerios, partidos políticos y aun la Presidencia de la República.

Dirigido a lectores interesados: jóvenes, profesionales, investigadores, estudiantes, docentes.