Bajo el signo de Circe: Ensayos sobre el humanismo cívico del Renacimiento Italiano e Imaginario político de Nicolás Maquiavelo
- Primera edición; Signo
- Buenos Aires-Argentina; Signo 2006
- 142 páginas; Tapa flexible con solapas; 23 x 16 centímetros; Impreso Mediano
1.Presentación --2. por Francisco Piñón Gaytan --3.Introducción --4. El ethos socio-cultural del Humanismo florentino y la crisis política italiana del Renacimiento --5.Teoría del poder en Maquiavelo -- 6. El problema del mal en la filosofía política de Maquiavelo --7.La gloria en el imaginario político de Maquiavelo --8.El torrente de la fortuna --9.Política e historia en Maquiavelo --10.Maquiavelismo y antimaquiavelismo --114. Bibliografía
Bajo el signo de Circe. Ensayos sobre el imaginario político de Nicolás Maquiavelo. de Jorge Velázquez Delgado, es algo más de lo que el titulo sugiere. Es un imaginario cargado de mito y utopía, de realidad y de ensueño, de esos dos sentidos humanos que hacen al fin de cuentas, caminar y cambiar la historia. Imaginario Maquiaveliano que cautivo, como a muchos filósofos, al autor del presente libro. Y no es para menos. Maquiavelo sigue cabalgando, como animal-centauro, desplegando ese realismo de la mundanidad que ya expresaba el joven Platón bajo la imagen de uno de sus caballos alados. Por eso el pensador florentino descubre, al mismo tiempo, su juego politico: la ineludible convivencia de los opuestos, la eterna lucha y confrontación de esas dos "realidades" del hombre histórico, el ser que en su facticidad tiene que combatir contra todo lo que representa la Diosa Fortuna. De ahí el innegable mito-imaginario de la filosofia del Maquiavelo. Jorge Velázquez supo captarlo a partir, ya inclusive, del titulado de sus diversos capitulos. El enigma es lo de menos. Más aún, creo que no existe tal enigma Maquiavelo. Simplemente el florentino agarró al toro por los cuernos y nos dijo lo que el común de los mortales intelectuales no alcanzamos a admitir: el peso de la a veces, inaguantable realidad: su necesaria admisión y reconocimiento, tal cual es, no en principio como se podria soñar, como punto de partida para ir elaborando lo que en todo caso, debiera ser. Un principio de realidad, pues, como prolegómeno de eticidad, aunque ésta, en el florentino Maquiavelo, ya empieza a perder sus contornos clásicos. Por consiguiente, confrontación casi siempre, y no sólo pacifica convivencia, entre ley y fuerza, entre príncipe y pueblo, entre el miedo que acata y el amor que obedece. Pero Maquiavelo, estas (alternativas) o autismos los pone siempre en tensión existencial. El hombre político sobre todo el principe, será en la mente de Maquiavelo, no ángel y de- monio como en la filosofia greco-cristiana, sino hombre y león, paloma y serpiente, fuerza y razón. Es decir, una importante faceta de la mundanidad temporalidad en don- de ya se inicia la dimensión pragmatista de una filosofia del hombre. Por tal motivo, Ma- quiavelo será el iniciador de una secularización de la vida que tendrá repercusiones importantes en la cultura curopea. Con el escritor florentino, el hombre moderno entra a la prosa de la cultura europea, a tomar conciencia que el mundo ya es su casa, la buscada casa del hombre, la que se ha recreado iusta propria principia y la que como habitat natural le hará ya no soñar lo mejor de las repúblicas, sino encontrar en ellas la verita ef. fetruale della cosa. Maquiavelo ya está situado en plena mundanidad secularizada. Ya no le duele el pecado por admirar las cosas "extraordinarias" del mundo. Su humanismo ya no es el de la vida buena o vita beata de griegos o medievales, sino el que detecta el et. hos cultural de una época que se sabe que está en transición y que inicia un nuevo tiempo histórico. De ahí los maquiavelianos conceptos de tiempo, cambio y oportunidad Una cultura que se sabe que está en crisis y cuya nacionalidad politica anticipa la cartesiana visión de ver claramente la realidad a través de números, figuras y movimientos. Es el "humanismo" que, como forma mentis, el autor describe en la ambientación del pen- sador de Florencia. Es el ethos que Jorge Velázquez describe como "modernidad" en las formas mentales de los italianos renacentistas: un humanismo que ya intuia (o sabia) que el tiempo es dinero y el dinero un principio-remolque de cambio y mercado. Lejos, por lo tanto, los diálogos platónicos y las elucubraciones iusnaturalistas ciceronianas. Al mercado griego, con rostro filosófico, se le habrá añadido el horizonte y el aliento interno de la efectividad-utilidad. Será el cuadro-tiempo histórico en donde el autor del presente trabajo colocará el imaginario politico de Maquiavelo. El mundo del secretario florentino es, pues, el mundo del pragma aristotélico, pero ya despojado de sus virtudes éticas, aquellas que se relacionaban todavia con una razón universal y cuya virtud central era la phronesis griega; Maquiavelo ya describe La Comedia de la vida, hecha ya prosa, desnuda y natural. Y los Estados son los nervios y los resortes naturales del acontecer politico. Puede el hombre gobernar, sin los escrúpulos de conciencia, aún sin el apoyo de los Padrenuestros, dentro de una secularización que alcanzaba con la modernidad un nuevo pragmatismo.
Dirigido a estudiantes y profesionales interesados sobre la educación Universitarios y Docentes de la Carrera de Derecho.
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PEDAGOGÍA LITERATURA PEDAGOGÍA Y LITERATURA EL MAESTRO