TY - BOOK AU - Maguire, Mike TI - Manual de Criminologia: Oxford SN - 970-613-125-6 U1 - 364.1 21 PY - 1999/// CY - Toluca - Mexico PB - Sara Giambruno Roca, "Imprentor"S.A. KW - CRIMINOLOGIA - DERECHO PENAL KW - DELITOS KW - VIOLENCIA KW - TRANSTORNOS MENTALES KW - DELINCUENCIA N1 - ÍNDICE DE CONTENIDO. --Introducción. --Capitulo 1. Paradigmas recientes de la criminología, Jock Young. --1 Capítulo 2. Estadísticas, pautas y tendencias de la criminalidad: cambios en las percepciones y sus implicaciones ,Mike Maguire. --Capítulo 3. Delitos violentos, Michael Levi. --Capítulo 4. Delitos de cuello blanco, David Nelken. --Capítulo 5. Drogas: métodos de control, delincuencia y estudios criminológicos, Nigel South. --Capítulo 6. Crimen profesional y organizado en Inglaterra, Dick Hobbs. --Capítulo 7. La economía política del delito, lan Taylor. --Capítulo 8. Desarrollo humano y trayectorias criminales, David P. Farrington. --Capítulo 9. Criminología ambiental Anthony E. Bottoms. --Capítulo 10. Prevención del delito, Ken Pease. --Capítulo 11. La policía y la actividad policíaca, Robert Reiner. --Capítulo 12. Prisioneros, Rod Morgan. --Capítulo 13. Raza, delito y justicia penal, David J. Smith. --Capítulo 14. Delincuentes con trastornos mentales, Jill Peary. --Capítulo 15. Victimas, Lucia Zedner; ESTE LIBRO ESTA DIRIGIDO PARA ESTUDIANTES UNIVERSITARIO DE LA CARRERA DE DERECHO, DOCENTES, INVESTIGADORES Y PUBLICO EN GENERAL INTERESADOS EN EL TEMA DE CRIMINOLOGIA N2 - Son dos las imágenes que han prevalecido del criminal en los últimos cien años: el actor o imputable que, movido por su libre albedrío, comete actos delictivos, y el autómata, como la persona que ha perdido el control sobre sus actos y se ve compelida a delinquir por fuerzas ya sean externas o internas. Estas dos imágenes no requieren una evaluación política: conservadores y anarquistas comparten la misma idea en torno al criminal moral, aun cuando para los primeros simbolice a la humanidad caída, y para los segundos se trate de un héroe, tanto el lombrosiano como el reformador social poseen la misma imagen del criminal predeterminado, para el primero, las causas son biológicas y, para el segundo, deficiencias en la organización social. Las imágenes del libre albedrío, a menudo sublimadas y siempre elevadas a categoría de esencia universal de la humanidad, contrastan con los conceptos de patología del criminal enfermo que, a causa de las circunstancias, carece de sentimientos. La historia de la criminología se caracteriza por una competencia incesante entre estas dos imágenes de la humanidad, ambas igualmente abstractas, ambas caricaturas de la realidad. Por un lado tenemos una postura idealista que concede al actor humano libre albedrío, raciocinio y una voluntad ilimitada, por otro, un materialismo vulgar que concibe el acto criminal como producto de la determinación y la irracionalidad, siendo aquí la moralidad mera metafísica Contrástese pues el actor racional y voluntario con el actor propenso y determinado, una metafísica abstracta contrapuesta a un dato científico igualmente absurdo. Estas dos grandes abstracciones se han enfrascado en una disputa imaginaria a lo largo de la historia de la criminología, en lo que pareciera la imagen de un espejo luchando contra sí misma. En los primeros días de la criminología como disciplina, el clasicismo y el positivismo lucharon de manera semejante. La pugna entre el funcionalismo estructural y la teoría de la etiquetación reproducía en cierto modo dicha controversia; desde luego, el resurgimiento en estos días de nuevas e idealistas formas de neoclasicismo, como la "nueva criminologia administrativa", aunado a formas virulentas y atávicas del neopositivismo, por ejemplo, el realismo de derecha, escenifican las mismas confrontaciones con una pasmosa incapacidad para percibir que la historia se está repitiendo. En cada coyuntura histórica, los teóricos propugnan el cambio paradigmático, desde la revolución positivista de Enrico Ferri hasta la nueva revolución científica de los lombrosianos redivivos de la actualidad. Era a esto a lo que P. Sorokin aludia hace muchos años cuando hablaba de una combinación de amnesia y "complejo del descubridor", en la que el aspirante a científico social ignora u olvida el pasado, creyendo descubrir las ideas ya conocidas desde hace mucho tiempo. A ello se pueden agregar los debutes del pasado -por ejemplo, sobre la posibilidad o imposibilidad de reducir lo social a lo biológico que también son borrados de la memoria, de tal modo que el camino del conocimiento no progresa mucho linealmente, sino que más bien adquiere la forma de un continuo entorno ya vivido. Es importante en este punto destacar que el péndulo de la moda, en el ámbito actual, arroja teorías que constituyen verdaderos reflejos de sí mismas en la medida que representan repeticiones de teorías del pasado. Como se ha señalado a menudo, la crítica se convierte, con mucha frecuencia, en una simple inversión de conceptos (Young, 1975, 1979; Bottomley, 1979; Spitzer, 1980) ER -