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020 _a950-9095-35-4
040 _aCCE
_bspa
_cBiblioteca Especializada Ciencias de la Educación
_eRDA
041 _aspa
_hspa
082 _221
_a370
092 _a370
_SR8591t
100 _aRuiz, Daniel J.
_eAutor
_95503
245 _aTEORÍA DE LA EDUCACIÓN
260 _aBuenis Aires;
_bEDICIONES BRAGA S.A.;
_c1986;
300 _a192 páginas,
_bTapa blanda;
_c23x16 centímetros;
_fImpreso;
_gMediano;
336 _2rdaconten
_atexto
_btxt
337 _2rdamedio
_ano mediado
_bn
505 _a1. La Educación 2. Educación y Sociedad 3. Educación y Desarrollo 4. Axiología y Teleología de la Educación 5. Escuela, Familia, Sociedad 6. Universalidad y Democratización en la Educación.
520 _aEs imposible hacer de un niño un adulto desarrollado, maduro, equilibrado y armónico, si no se lo somete a una buena educación. Es imposible organizar y mantener unida una familia si no se educan los hijos en las críticas edades de la niñez y de la adolescencia. Es imposible estructurar sin fallas una socie- dad política, forjar una patria grande y hermosa, si la educación no constituye la principal preocupación espiritual de los gobernantes. Me refiero, natural- mente, a la educación sistemática, a la que se imparte con método y rigor científico, sobre las bases de una bien reflexionada filosofía y con la ayuda imprescindible de las experiencias de todos los tiempos, recogidas por la pedagogía. Las familias esperan mucho de esta educación que han confiado a instituciones públicas, oficiales y privadas. Los estados modernos, democráticos y totalitarios, vigilan y supervisan, o copan y monopolizan, por muy diversas razones, la actividad educacional de sus respectivos territorios. El activismo político de todos los colores penetra con sutileza o con descarada prepotencia en los claustros estudiantiles para lavar cerebros y preparar revoluciones sociales. Los buenos educadores, que son los más, tratan de neutralizar la acción deletérea de esos activistas. Pero los hechos son así: son esa realidad que evidencia la grave importancia para bien o para mal- del fenómeno educativo. Agudos sociólogos han lanzado la idea de que en este momento crucial el Ministerio de Educación no puede no ser un Ministerio Político. Y de hecho lo es en muchos países de Occidente. La sociedad entera está atada a la educación como al carro de la victoria: si alguien la desata, no habrá victoria; y si el auriga es incompetente o mal intencionado, el pronóstico no puede ser menos pesimista. Un "ensayo" de Teoría de la Educación -no tiene otras ambiciones el presente libro debe presentar a los futuros docentes, del nivel preprimario, del nivel primario y del nivel medio, una propuesta de reflexión sobre lo que es la educación, sobre sus alcances, medios y fines; sobre la razón de ser de este acto humano que no consiste precisamente en producir cosas para los hombres, sino esencialmente en brindarse a los hombres para que éstos lleguen a la meta de sus perfecciones naturales. La Historia de la Educación aporta al alumno una reseña de los hechos educativos del pasado, de las teorías que, formalmente o informalmente, los respaldaban; le muestra experiencias y resultados buenos y malos, eficaces e ineficaces, métodos rígidos, obsoletos, conductas flexibles, equilibradas. La Psicología de la Educación explica, con más exactitud que la General, las motivaciones de los comportamientos peculiares de los niños y adolescentes. La Teoría de la Educación, como actitud filosófica que es, ahonda en este mate- rial proporcionado por la Historia y por la Psicología de la Educación. Pero no es mera filosofía. Al hacer el recorrido de las principales Escuelas que han orientado el quehacer educativo, roza sin deliberado propósito el hecho educativo, es decir, la acción misma, los métodos y técnicas que se usan, los sistemas de evaluación y promoción, etc. La asignatura tiene dos caras: la conceptúalo teórica, y la pedagógica o práctica: de aquí surgen las dos modalidades con que se desarrolla en las clases: 1) con acento en lo teórico, en lo reflexivo, en lo filosófico, salpicando el diálogo y las discusiones de la clase con las referencias de lo pedagógico; 2) con acento en lo práctico, en lo operativo, preferentemente en el área cognitiva, sin descuidar el análisis (o por lo menos la mención) de algunas teorías pedagógicas. Las dos modalidades son aceptables. Su elección por parte del profesor está en función de dos factores: el tipo de personalidad al que más se acerca y su concepción ideológica de la vida y, en particular, del hombre. Es claro que caben aún otras dos modalidades que considero espurias: la de los que marcan tanto el acento teórico, que en realidad hacen filosofía, y la de los que insisten tanto en lo fáctico, que en realidad hacen simplemente pedagogía. El buen sentido dicatará a cada docente qué es lo prudente hacer. Las Lecturas Complementarias y los Trabajos Prácticos con que se cierran los capítulos no tienen otra finalidad que la de ayudar al alumno en la comprensión y ampliación de los temas desarrollados. La Bibliografía que apare- ce al final de la obra es meramente informativa; los autores mencionados re- presentan las más diversas tendencias; y esto lo considero no sólo informativo, sino también formativo, tratándose como se trata de alumnos de nivel terciario, y de una materia como es la Teoría de la Educación, en la cual el elemento principal es el factor reflexivo, que exige la crítica abierta y franca de todos los libros y de todos los autores. Y es sabido que no se puede criticar (juzgar) si no se lee o se oye a los autores de las teorías. Si con este libro puedo ser útil a la formación de los futuros docentes argentinos, habré conseguido, como docente, la máxima satisfacción.
521 _aDirigido a lectores interesados: jóvenes, profesionales, investigadores, estudiantes, docentes.
650 _2Ciencias de la Educación
653 _aEDUCACIÓN
653 _aSOCIEDAD
653 _aDESARROLLO
653 _aAXIOLOGÍA
653 _aTELEOLOGÍA
653 _aDEMOCRATIZACIÓN
942 _2ddc
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